
LA LINDA RUBIECITA DE MEJILLONES ¿QUIÉN FUE?
Wilfredo Santoro Cerda
Hasta el momento
los únicos antecedentes que tenemos para identificar a la misteriosa mujer son
dos. Ambos son obras artísticas. Un libro y una canción. El libro fue publicado
en 1926, se llamó “A la vera del mar” y fue escrito por Armando Chirveches. La
canción es “En Mejillones yo tuve un amor”, cuyo autor es Gamelín Guerra y salió
al mercado en 1945.
Para más precisión
el intelectual boliviano Chirveches escribió su novela en 1920, mientras residía
en Mejillones. Gamelín se inspiró 18 años después. “En Mejillones yo tuve un
amor” salió de su pluma en 1938.
“A la vera del
mar” describe Mejillones de 1920, único año que permaneció Chirveches en este
puerto. Todo indica que 1920 es la época de la “linda rubiecita”. Fecha en que
coinciden Chirveches y Gamelín Guerra. El novelistaboliviano con 39años y
Gamelín con 14.
Chirveches es un
escritor costumbrista, que tuvo la magia de reproducir con precisión y encanto
tanto los pueblos que visitaba como sus situaciones. Lo que le impresionó de
Mejillones en 1920 fue una inglesa que cada cierto tiempo desembarcaba en el
muelle y provocaba sensación entre los varones. Eso inspiró su novela, verdadera
joya literaria mejillonina. Esa inglesa tenía unos vistosos ojos verdes y su
cabello era… colorino. No rubio.
Otro
antecedente llamativo que aporta Chirveches es que la inglesa vivía en un
galeón. Esa embarcación existió y tenía un propietario inglés. Aunque en el
libro tiene un nombre ficticio se trata del HMS “Liffey”.
Por su parte,
Gamelín nunca hizo pública la identidad de la “rubiecita”. Siempre señaló que
era una visión general o que alguna vez la había visto caminando por las playas
de Mejillones. Si le creemos a Chirveches… lo dicho por el trovador sería
estrictamente real. A los 32 años compuso una canción a aquella llamativa
inglesa. La mujer que sacudía Mejillones cuando él tenía 14 años.
Sólo como
antecedente podemos decir que el mascarón de proa del HMS “Liffey” aún existe.
Se halla en el Museo Marítimo Nacional de Valparaíso.
Pero el arte llama
al arte. La literatura y la música han convocado a la pintura. Es así como el
artista plástico mejillonino Carlos Lichiok Miranda ha dado un rostro a la
rubiecita. De su pincel ha salido un óleo que retrata a este ícono mejillonino
sobre aquel otro pedazo de historia: el HMS “Liffey”. El rostro de la enigmática
mujer sobre el galeón que luce gallardo su mascarón de proa.
La historia del
libro “A la vera del mar” es francamente delirante. Fue publicado en Paris el
año 1926. Luego de eso su autor se quitó la vida -pegándose un tiro- a los 45
años. Dejó una carta que decía “Estoy
tan solo. No he creado hogar. Conmigo se extingue el nombre de mi familia”.
El próximo año se cumplirá un siglo de su partida. Fecha
importante ya que con él también se extinguió el escritor que eternizó a la
mejillonina más universal: “la rubiecita de los ojos verdemar”.
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