Diario Electrónico de Mejillones

Fundado el 2 de noviembre del 2001

Las verdades que no se dicen...

Cultura

Volver a la página principal

Donde los concejales bautizan las calles con los nombres de sus padres

Mejillones: el choro que se cree ostión

Wilfredo Santoro Cerda

            Mejillones se encuentra a la altura del paralelo23 latitud sur, algunas decenas de kilómetros al norte del Trópico de Capricornio. Eso la convierte en la primera ciudad tropical chilena, al contrario de Antofagasta, que sería la ultima (o primera, según se mire) enclavada en la zona climática denominada "templada". Bueno. Una cosa es hallarse inserto en una área que comienza a ser tropical y otra es "ser tropical", situación que siempre ha afectado a Mejillones, pero que en la ultima década se ha incrementado notablemente.

            La semana en la que cae el 8 de octubre ha sido instituida como "de Mejillones" y ya históricamente es una fecha de celebración. Por eso hoy aprovecharé de poner en el tapete algunos elementos que ojalá sirvan para ir repensando, replanteando esta comuna, que pide a gritos una conducción coherente. Ahora bien. Yo no digo que esta incoherencia, esta tendencia a la ignorancia y al tropicalismo sea responsabilidad de las actuales autoridades. Esa tendencia ha sido histórica. El reclamo es que Mejillones siempre fue un pueblo, de allí que hubiese cierto nivel de tolerancia. Pero ahora se esta construyendo una ciudad, se debe ser más riguroso.

 OSTION ¿DE ADONDE?

             La primera gran falla conceptual tiene relación con los símbolos de la ciudad. Mejillones es un nombre colocado por los conquistadores españoles por la abundancia del molusco que nosotros conocemos como choro. El molusco que identifica a Mejillones es el choro, la cholga, jamás el ostión. Sin embargo, los mejilloninos se autorepresentan con el ostión. Es este bivalvo el que aparece en el escudo de armas de la comuna y la máxima distinción que entrega es "el ostión de oro".

            Pero ¿por qué la ciudad de los choros se representa con un ostión? Bien, he sondeado el motivo de esta incoherencia y me han dado los siguientes. Para el Ostión de Oro hay dos: el primero: se instituyó el ostión de oro porque ese era el bivalvo que aparecía en el escudo de armas. El segundo motivo, y más honesto, es que "el choro de oro" más habría parecido distinción de cabaret que galardón para Hijo Ilustre. Ahora, si la distinguida hubiese sido una dama se podría haber malinterpretado palabras como "en Mejillones fui reconocida como el Choro de Oro"

            Ya. Dejemos hasta allí no más ese análisis para pasar a la segunda fase: ¿por qué el escudo de armas de la Municipalidad de Mejillones tiene un ostión y no un choro. La respuesta es que el escudo de armas local es una réplica del de la Armada, con la única salvedad que le sacaron el ancla y le colocaron el ostión. Estamos de acuerdo, pero ¿por qué el ancla la reemplazaron por un ostión si estamos en Mejillones, la ciudad de los choros? Aquí la respuesta me la dio un amigo pintor "en que ¿sabes? es re difícil dibujar un choro, en cambio, el ostión se presta. La respuesta es buena, pero caímos en el tropicalismo, como cuando colocamos la boya al lado del mirador y no donde fue capturado el Huáscar porque "en el lugar que corresponde no se ve, puh"

            Bueno, en síntesis, hay una cosa que se llama identidad. La identidad cultural de un pueblo es responsabilidad de sus autoridades. Se debe ser consecuente, riguroso. Se debe ser culto (valga la redundancia). Los prohombres de la comuna incurrieron en tropicalismos comprensibles, porque carecían de equipos profesionales. De allí que, de pura buena voluntad, agarraron el escudo de la Armada y le metieron un ostión y después, en base a eso, bautizaron con ese nombre la máxima distinción.

            Ahora el municipio de Mejillones tiene la increíble posibilidad de enmendar errores históricos. En una iniciativa que me sorprende y que es digna de felicitaciones, el alcalde Marcelino Carvajal convocó a un concurso de heráldica para cambiar el escudo de armas municipal. Ojalá se aproveche esa instancia porque de esa forma sí se está haciendo ciudad. 

NOMBRES DE CALLES EN FAMILIA 

            Una de las manifestaciones de este proceso de tropicalismo que se vive en Mejillones puede manifestarse en el nombre de las calles de la nueva población Salvador Allende. Llevan el nombre de padres de concejales y de la madrina del alcalde. Esta situación es abiertamente grave porque contraviene el espíritu del servicio público, mediante el cual ese servidor sobrepone los intereses personales por los intereses colectivos.

            De un alcalde y seis concejales, en Mejillones las calles tienen nombres de padres de tres concejales y, como decía, de la madrina del alcalde. De estos cuatro nombres de calles, tres fueron colocadas recientemente, en la población Allende y todos, sin excepción, fueron colocados mientras los hijos son concejales activos. En otras palabras, en Mejillones, si Ud. es elegido concejal  puede bautizar una calle con el nombre de sus padres fallecidos. Eso, además de poco ético, en un análisis más procesal podría ser constitutivo de delito, porque los concejales y alcalde, aunque se hayan restado de la decisión puntual, es evidente que negociaron entre ellos para apoyarse mutuamente.

            Ahora, esta crítica no tiene nada que ver con que las personas hayan tenido derecho o no a que una calle mejillonina llevara su nombre. Se trataba de vecinos apreciados, excelente personas todas, pero que el Concejo decida bautizar las calles con el nombre de los padres fallecidos de sus propios integrantes es, si no abiertamente ilegal, a lo menos tropicalismo puro.

           Como un acto de homenaje, mencionaré a los concejales que no incurrieron en esta falta ética. Ellos son: Luz Vargas, Marcelo Valdovino y Guillermo Ferreira, todos ellos del pacto PPD PS. 

NO ES EL ANIVERSARIO DE MEJILLONES 

            Bien, además de los imperativos éticos, como el mencionado recién, una de las obligaciones de la autoridad es proyectar cultura. Una comuna debe tener en su municipio un emisor de señales culturales clarísimas, no olvidemos que ellos administran la Educación.

            Para eso, no se necesita un alcalde que sea una lumbrera ni un concejo conformado por profesionales. Esos cargos son políticos y como tales, están destinados a dar conducción. Es bueno que sea así, es democrático y permite la presencia en altas esferas de personas que pertenecen a los grupos mayoritarios y no a la elite. Eso es beneficioso para las clases económicas más frágiles y numerosas, porque le permite instalar sus representantes entre los grupos de decisión.

            Pero lo que no puede pasar es que se lancen señales erráticas, que desorienten y fomenten la ignorancia en lugar de la cultura, más aún si eso lesiona la identidad del pueblo. Eso ocurre cuando se emite un mensaje pegajoso y oficioso que el 8 de octubre Mejillones cumple 128 años. Eso no es cierto, el 8 de octubre es el aniversario del Combate Naval de Angamos. El poblado de Mejillones ya existía a esa fecha y la comuna se fundó el 4 de enero de 1957.

            Esa ignorancia proviene del municipio. Y en documentos oficiales. Por ejemplo el afiche oficial de la comuna 2007 dice "128 aniversario de Mejillones" y los participantes debieron escribir eso porque estaba en las bases. Ahora ¿que pasa cuando son las autoridades quienes en lugar de privilegiar la cultura e identidad promueven la ignorancia? Bueno, inmediatamente queda en tela de juicio el equipo asesor. Claro, no se le puede echar la culpa a alcalde y concejales, porque eso es un tema técnico.

            Claro que cuando se proyectan demasiadas deficiencias técnicas, además del desprestigio del equipo asesor, el problema se hace político. Porque en Mejillones, el municipio se ha mandado cualquier numerito. Esto de que el 8 de octubre es el aniversario es minúsculo comparado con el que mencionaba recién, como colocar una boya donde no fue capturado el Huáscar y traer a la plaza Neruda uno de los Hawker Hunter que bombardeó La Moneda.

            Bien. Hasta acá dejaré este necesario ejercicio de reflexión. Haré una síntesis. Mejillones no es el puerto de los ostiones, es la ciudad de los choros. Las autoridades no pueden anteponer sus intereses personales a los colectivos. En otras palabras, es feo que anden bautizando las calles con el nombre de sus padres, por mucho que lo merezcan y por último, el municipio debe ser más estricto en su plano técnico al  proyectar la identidad y el patrimonio cultural local.