Diario Electrónico de Mejillones

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Mejillones en un poema...     Pingüino         Víctor Sotomayor Cárdenas

Miércoles 13 de junio de 2018

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Mejillones en un poema...

 

 

 

PINGÜINO

 

Víctor Sotomayor Cárdenas

 

Cómo creciste,

cómo te criaste,

mirabas el mundo desde abajo,

pues tenías que arrastrarte,

ese era tu destino

lleno de espinas era tu camino.

 

Keko Biaggini te apodábamos

el pingüino.

Pero así como la vida te dio

este golpe tan grande

también puso en tu camino

a una segunda madre

y esa fue tu abuela,

con ese amor inmenso

se fijó ella un ideal

sí esfuerzo y sacrificio

y gran cariño maternal,

te llevó hasta un sanatorio

y logró hacerte caminar.

 

Tú volvías todo un hombre

hecho, derecho y normal.

Feliz volvías contento veías,

y a todos querías contar

ese cambio en tu vida.

Podías con nosotros jugar,

podías con nosotros correr

y tenías en tus brazos

y en tus piernas los puntos

que te tuvieron que hacer.

 

Aún recuerdo todavía

en esas  pichangas de ayer

que eran de sol a sol

con tiempo para ir a almorzar

cuando te solíamos nombrar

¡Pinguino, al arco!

tú corrías bajo los tres palos

y ahí tenías que atajar

el gran número de pelotazos

que se nos antojaba tirar.

Te volvías tú de espaldas

cuando los chutes eran fuertes:

         así atajabas pinguino

         eras un hombre valiente.

  

Suena aún en mis oídos

y metido aquí muy dentro

la melodía de tu armónica

cuando tocabas en el teatro.

Después que murió tu abuela

tú te marchaste de aquí.

¿Por qué te tuviste que ir?

¿Que no eras feliz aquí?

O una fuerza mayor lo destinó

así.

O que Dios era quien te

llamaba, pues se acercaba

tu fin.

Quizás tu abuela a Dios le

pidió, aquel ser supremo a quien

todos debemos confiar que a su

lado cariñoso te fuera a

depositar.

Pero como te llevó de esa

manera tan cruel debajo de un

lecho “quemado” te hizo perecer,

sólo me da creer que la impresión

te mató.

Y así yo seguir confianso

en Cristo Nuetrso Señor,

para poder decir esto:

Pingüino, amigo, descansa

en tu paz.

 

Un poema con esencia mejillonina...

A principios de 1977 salió a la luz el segundo número de la "Gaceta Literaria" revista del glorioso Grupo Literario "Génesis Poético". Entre sus página venía un emotivísimo poema-homenaje de un joven ferroviario ante la muerte de otro joven mejillonino: Keko Biaggini. El autor de este poema es Víctor Sotomayor Cárdenas. "Chito" como era conocido por sus amigos no perseveró en la poesía. Recorrió los mares de medio planeta hurgando en el aspecto científico de la pesca. Se hizo experto en el tema. Se hizo ecólogo y también fotógrafo. Durante los últimos años ha retornado a su tierra donde desarrolla una silenciosa labor buscando crear conciencia acerca de la necesidad de proteger nuestro hábitat. Bajo el seudónimo de "Martín Pescador" se ha instalado en el ciberespacio para recordarnos que otras formas de vida: las que habitan el mar, también tienen derecho a subsistir. Su labor es tan bella y su apoyo a nuestro Consejo Patrimonial de Mejillones tan valiosa que -como homenaje- he querido retrotraer este poema que lleva impregnada el alma del Mejillones del siglo veinte. Recuerdo al Chito junto a Pato Tapia y a Cano Guerra cuando organizábamos eventos culturales en el auditorio de "La bomba", recinto bomberil que funcionaba como restaurante y estaba bajo concesión de la señora madre de Cano, doña Fidelia. Allí, además de poesía, el Chito se dio tiempo para popularizar la bebida alcohólica conocida como "el submarino", que consistía en sumergir una diminuta copa de pisco en una respetable jarra de cerveza. Todo poesía pura.

Así apareció el poema en la "Gaceta Literaria" del Grupo Literario "Génesis Poético" en 1977.

 

  

Víctor Sotomayor Cárdenas, autor del poema. En ese entonces era un jovencito ahora un especialista de vasta trayectoria. Es conocido mediáticamente como Martín Pescador.

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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