Diario Electrónico de Mejillones

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Las verdades que no se dicen...
Sábado 8 de diciembre de 2012

Cultura

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En la fotografía hito que demarca el paralelo 23, también llamado por quienes la construyeron "pirámide". Se halla en las proximidades de Chacaya y fue erigida en 1870 por la Comisión Pissis - Mujia, mandatada para establecer los términos del Tratado de 1866. Reemplazó otra que había sido levantada el 23 de noviembre de 1857 por peritos y tripulación de la gloriosa Esmeralda y de la cual ahora no existen vestigios. La primera y que ahora ya no está demarcó el límite norte de Chile desde 1842 a 1866.  (Fotografía: Wilfredo Santoro Cerda. Aparece: Florentino Novoa Saavedra).

Guerra del Pacífico ¿o del guano?

Un Mejillones infinitamente más importante que el que nos enseñaron está quedando al descubierto gracias a una investigación histórica. Esta es realizada por la Escuela Literaria “Azotacalles”, que ha tenido acceso a textos prácticamente desaparecidos y que se aprestan a reeditar.

El trabajo es desarrollado por los escritores mejilloninos Florentino Novoa Saavedra y Wilfredo Santoro Cerda, quienes ya tienen a su haber el libro “Poetas y pioneros”. El proyecto se denomina “Area patrimonial La Caleta”

El libro más relevante es “Las huaneras de Mejillones”, libro publicado el año 1863 por la sociedad explotadora de guano conformada por Matías Torres, Juan López y Juan Garday. Mediante éste la empresa reclama al Congreso una indemnización debido a que el Gobierno chileno le caducó los permisos. mandándolos a la ruina.

Este libro tiene varios records. Es el primer libro de la zona. Es el único libro referido al “Chango” López. Trata del descubrimiento del guano rojo, punto de partida de la minería en esta región. Recopila documentos y describe la fundación de Mejillones y por último, genera el Séptimo Artículo del Tratado de Límites con Bolivia del año 1866, primero de una serie de tratados que nos llevaría a la guerra.

Suena increíble que tal libro haya “desaparecido” en circunstancia de su enorme valor histórico. Tal libro nos revela un Mejillones límite norte de Chile, demarcado con un hito más que centenario erigido por los tripulantes de la gloriosa Esmeralda. Un Mejillones cuna de la minería, fundado por el “Chango” López, cuya posesión generó tales tensiones que concluyeron con una guerra que nosotros conocemos como “del Pacífico”, pero que en Bolivia se suele definir como “del guano”.

No dejan de tener razón los del vecino país ya que la guerra se desató por tratados generados por la industria del guano, no la del salitre –que aún era naciente- ni menos por el Océano Pacífico. El tema del impuesto al quintal del salitre fue más bien una demostración que los bolivianos no cumplían sus acuerdos, lo que hizo éticamente posible a Chile retornar al paralelo 23.

EL PROYECTO

El primer paso del proyecto “Area patrimonial La Caleta” es la reedición de “Las huaneras de Mejillones” a fin que su valiosa información vuelva a la conciencia colectiva chilena.

La segunda fase es urbanística. Consiste en declarar como zona patrimonial 30 hectáreas de La Caleta, casco urbano del Mejillones del siglo XIX y escenario de esa historia. La intención es que esa zona quede reservada para una futura universidad mejillonina.

Por último, la intención es publicar un segundo libro, que recoja la totalidad de la investigación que se ha ido desarrollando. Parte de esta renovada visión histórica se ha volcado a través del concepto “las siete maravilla del Mejillones antiguo” que amarra en vestigios monumentales tales historias.

Este proyecto ha contado con el decido respaldo del Concejo Municipal, a través de todos los honorables ediles. El alcalde Marcelino Carvajal ha sido un entusiasta promotor de este trabajo. Con respecto al financiamiento, este considera la publicación de dos libros, recopilación de textos, entrevistas, fotografía e investigación. El financimiento se ha estimado en un mínimo de seis millones de pesos, lo cual ha sido derivado a la Corporación Cultural de Mejillones, donde también ha tenido una buena acogida y “Azotacalles” está a la espera de una respuesta formal.