Diario Electrónico de Mejillones

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Las verdades que no se dicen...

Miércoles 12 de agosto de 2020 Cultura

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El Informe Larroque

 Wilfredo Santoro Cerda

Pocas veces un libro que casi nadie leyó tuvo repercusiones tan amplias y prolongadas como el Informe Larroque. Mandó a la ruina la Sociedad de Guanos Torres, López, Garday; generó la publicación de una respuesta que sería el primer libro de esta zona y –además- al siguiente siglo su propuesta sería materializada por la Sociedad Chilena de Fertilizantes.

Siempre se ha dicho que los trabajos de la Sociedad López, Torres, Garday fueron detenidos el 17 de febrero de 1863 por los problemas fronterizos entre Chile y Bolivia. Eso no es exacto. Esos trabajos fueron detenidos por el Informe Larroque.

Hace 157 años –julio de 1863 – Imprenta Nacional publicó el “Informe sobre los depósitos de guano de Mejillones”. Estaba firmado por el ingeniero de minas Luis Larroque, quien lo había puesto a disposición del Ministro de Hacienda.

Se trataba de un libro de doscientas páginas, con seis capítulos y cuatro ilustraciones, ubicadas al final. El segundo capítulo fue inclemente con los pioneros. Se denominó “Estado en que han sido abandonados los trabajos” y abundaban expresiones como “se han equivocado completamente”, “negligencia”, “método inadmisible” “deplorable” e “incompetencia”.

La Sociedad de Guanos había establecido su punto de embarque en “Caleta Ño Robles”. Larroque criticó la distancia y los reiterados remanejos que provocaban pérdida de material. Postuló que la mejor opción era bajarlos hacia una pequeña Caleta al este del Morro, pero de pendiente violenta.

Croquis en el Informe Larroque que describe como C el punto más alto del andarivel y D el punto donde debiera ubicarse la recepción de los "wagones". Tal cual se hizo realidad 80 años después

Para superar esa dificultad sugirió un sistema “con cables” y “wagones”, donde los carros cargados impulsarían hacia arriba a los carros vacíos. Todo esto provisto de un mecanismo de freno.

Tal libro generó como reacción por parte de los empresarios criticados la publicación de “Las Huaneras de Mejillones”, donde se narra la epopeya descubridora de uno de los dueños: un señor Juan López.

Ochenta años después de entregado este informe el Gobierno chileno lo desempolvaría para instalar en Mejillones la Sociedad Chilena de Fertilizantes, con el andarivel guanero que soñó Larroque.

Pasó casi un siglo para que el Gobierno chileno hiciera caso a la sugerencia de Larroque y contruyera la planta Mejillones de la Sociedad Chilena de Fertilizantes, donde el andarivel pasó del papel a la realidad (fotografía: Yerko Radic Alliú).