Diario Electrónico de Mejillones

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Las verdades que no se dicen...

Martes 11 de enero de 2022 Cultura

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Los navegantes franceses y Mejillones

Christophe Pollet

     Entre 1700 y 1725, más de 160 navíos franceses de contrabando irrumpen en el Pacífico decididos a romper el monopolio español.

     Entre ellos, el Saint-Jean-Baptiste, desemboca en el mar del Sur en 1708, recalando en Valparaíso. A su bordo, el Padre Feuillée, cuya obra, como bien se sabe, hoy es una de las mejores referencias para nuestro conocimiento del Chile colonial en el Siglo XVIII.

     Sin embargo, menos conocido es el diario de su capitán, Jean-Baptiste Doublet. De Chile al Perú, navega en demanda de los puertos más prometedores para ofertar su cargamento. Oriundo de Normandía, es un capitán experimentado, con formación en una de las mejores escuelas de navegación de la época. En mayo de 1709, fondea su navío en Mejillones, aprovechando la oportunidad de dejar la breve e inédita descripción de un lugar que abunda en recursos marinos: “Esa bahía es una gran depresión que corre al sur. En medio de las tierras llanas se puede apreciar el pabellón llamado de Atacama. Se fondea seguro en todas partes y se puede carenar. Los españoles la llaman así por la gran cantidad de ostiones [sic: coquillages de Saint-Jacques en el texto francés] que ahí se pesca y cuyos peces son muy buenos y livianos y el dicho molusco se llama Mexillones. No hay ni agua dulce ni leña. Es menester ir al Morro Moreno para encontrar una aguada que se cubre a pleamar, pero que corre a media vaciante, se la puede tomar con gran abundancia. En esta costa los indios hacen gran pesquería de un buen pez que llaman congrio por su longitud y grosor y que salan. Lo secan también, sin sal, y se conserva muy bien. Lo llevan a Cobija para ser conducido a Potosí y Lipes, donde lo venden a 50 pesos el quintal.”

MEJILLONES HACE MÁS DE TRES SIGLOS

     Nueve años antes, el cartógrafo De Labat, quien acompañaba la primera expedición francesa al mar del Sur, bajo el mando del capitán Jacques Gouin de Beauchesne, había sido el primer galo en describir Mejillones y sus habitantes: “A dos o tres leguas del Morro Moreno y al NE ¼ NE hay una gran bahía llamada de Mexilones donde vive una banda de indios pescadores quienes residen ahí sólo una parte del año, durante su primavera, que es nuestro otoño y una parte del verano, que es nuestro invierno, porque durante esas estaciones, se encuentra agua dulce y que no la hay durante la otra parte del año”, siendo, sino el primero, uno de los primeros autores de la época en referirse en esos términos a la residencia estacional de los grupos indígenas marítimos en Mejillones.

     Los diarios y bitácoras manuscritos de navegantes del contrabando franceses ponen en evidencia una gran curiosidad por un mundo desconocido, y representan así una valiosa fuente de antecedentes a carácter etnohistórico y cartográfico inéditos sobre el poblamiento indígena en Mejillones durante la época Colonial.