Diario Electrónico de Mejillones

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Las verdades que no se dicen...

Jueves 20 de diciembre del 2012 Cultura

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Descubriendo el cementerio de Grau

 (Extractado de Revista "Induport" Nº 9)

         Uno de los eternos misterios de Mejillones ha sido el cementerio de Grau. Su rastro se fue borrando con el paso del tiempo y finalmente... se convirtió en mito y se dudó de su existencia.

El hecho concreto es que el Almirante Miguel Grau efectivamente fue sepultado en Mejillones. Esto ocurrió el 9 de octubre de 1879 en un funeral encabezado por el ministro de Guerra chileno Rafael Sotomayor; el jefe del Ejército, Erasmo Escala y el jefe naval, comodoro Galvarino Riveros.

El comodoro Riveros dijo en su discurso “la muerte del almirante peruano Miguel Grau ha sido muy sentida en esta escuadra, cuyos jefes y oficiales hacen amplia justicia al patriotismo y valor del que fuera notable marino”. A su vez el ministro Sotomayor manifestó “Vengo de recibir un telegrama del gobierno de Chile, suscrito por todos los ministros del gabinete, en el que me piden guarde celosamente los restos del gran marino... para devolverlo a su patria, cuando llegue el momento en que su pueblo lo reclame...”.

Grau fue sepultado junto a otros tres altos oficiales: capitán de corbeta Elías Aguirre y los tenientes primero Diego Ferré y José Melitón Rodríguez, quienes le sucedieron en el mando. Fueron sepultados otros 28 militares (ver recuadro), no necesariamente marinos y no necesariamente peruanos. También iban soldados y el Huáscar disponía de artilleros ingleses.

De acuerdo a la información oficial, el Huáscar navegaba con una dotación compuesta por 200 hombres. De éstos, 165 fueron hechos prisioneros. Los restantes 35 se dieron por muertos, de los cuales 32 cuerpos fueron hallados a bordo del Huáscar y sepultados en Mejillones. Tres habrían caído al mar pereciendo sin ser hallados.

Mención aparte merece el teniente segundo Enrique Palacios, quien tras quedar malherido fue canjeado por el héroe de la Esmeralda Luis Uribe y enviado a Perú en el vapor Coquimbo, falleciendo a la altura de Iquique, todavía peruano. Palacios ya había participado en la batalla naval de Punta Gruesa, a bordo de la Independencia y en Angamos el mito señala que habría recibido sus heridas al amarrarse a la driza, para evitar que su pabellón fuese arriado.

             SOLO SEIS DÍAS

             Del Almirante Grau sólo se encontró  un trozo de su pierna derecha, desde la mitad de la pantorrilla al pie, calzado con un botín de cuero.  También se halló parte de su mandíbula incrustada en la pared del camarote. Estos restos fueron guardados en una cajita identificada con una cruz de madera con letras negras y que llevaba la inscripción “MIGUEL GRAU, Huáscar 8 de Octubre 1879, En paz descanse”.

            Tal cajita fue removida desde el cementerio local el 14 de octubre y enviada a Valparaíso a bordo del “Blanco Encalada”. Allí fue recibida por el capitán de la corbeta “Chacabuco” Oscar Viel, compadre y concuñado de Grau, quien tras solicitar al gobierno los restos de Grau los depositó un 26 de octubre de 1879 en el mausoleo que su familia mantenía en Santiago. Viel era padrino de un hijo de Grau y estaba casado con doña María Luisa Cabero, hermana de la esposa de Grau. 

 

EL RETORNO ¿CUANTOS? 

 

            El 2 de julio de 1890 hace escala en Mejillones la cañonera peruana “Lima” junto a al crucero chileno “Esmeralda”. Vienen en una misión oficial que partió en Valparaíso y que consiste en repatriar los restos mortales de todos los peruanos que cayeron en la guerra. Ya a bordo viajan los restos de Grau, sumándose en Mejillones los extintos oficiales Aguirre, Ferré y Rodríguez. Todos los antecedentes recogidos consignan que en Mejillones sólo fueron recogidos estos tres oficiales, cuyos cuerpos reposan debidamente identificados en la “Cripta de los héroes”, Lima, Perú. De haber sido retirados –como lo indican los montículos funerarios abiertos- los restantes 28 cuerpos debieran estar en un osario ubicado en el Segundo Nivel de dicha cripta.

            Wilfredo Santoro Cerda -historiador que realizó el hallazgo- junto al investigador Florentino Novoa, están solicitando que tal cementerio sea denominado “zona patrimonial” y reciba la debida protección. Mientras tanto se ha mantenido en reserva el lugar exacto, para su preservación. No obstante, la foto que abre este reportaje muestra como se hallan en la actualidad las tumbas abiertas desde donde fueron exhumados en 1890 los tripulantes del "Huáscar".

 

 

El cuadrado blanco limita el cementerio, que fue hecho especialmente para recibir a los marinos del Huáscar. La elipse roja señala las tumbas de los tres oficiales y la elipse azul indica el montículo desde donde dieron sus discursos el ministro de Guerra, Rafael Sotomayor, el comodoro Riveros y el general Erasmo Escala.

 

 

 

Florentino Novoa Saavedra y Violeta Flores Silva, parte del equipo investigador, recorren el lugar respetando la demarcación. Una vez  ratificado el hallazgo se inició la gestión para designarla “zona patrimonial”.