Diario Electrónico de Mejillones

Fundado el 2 de noviembre del 2001

Las verdades que no se dicen...

Cultura

Volver a la página principal

Adán Gómez Tapia (Generación 1977), Ofelia Santoro Cerda (Generación 1978), el homenajeado y recientemente galardonado con el Ostión de Oro, el Hijo Ilustre de Mejillones, Hugo Ramírez Jofré y el autor de la nota (Generación 1977)

Al fin un ostión de oro bien otorgado

Wilfredo Santoro Cerda

El 30 de agosto del 2008 Hugo Ramírez Jofré ingresó por primera vez en su vida al moderno edificio del Complejo Educacional “Juan José Latorre”, también conocido como Liceo de Mejillones. El motivo era muy sencillo: un grupo de ex alumnos junto a la profesora Leontina Bolados le habían preparado un homenaje. ¿la causa?... también sencilla... encabezó el equipo humano que le dio un Liceo a Mejillones, fue a lo menos 25 años director de ese liceo y transcurrido todo ese tiempo y toda esa entrega profesional, debió partir silenciosamente por una injusta disposición técnica que le impedía mantener su cargo. Se fue a Antofagasta y buscó trabajo como profesor de aula, lo mismo que hizo hace 30 años en Mejillones... que ejemplo de dignidad.

Corría el año 1972, Mejillones carecía de liceo. Solamente algunos visionarios habían conseguido hacer funcionar un establecimiento nocturno para adultos. Los egresados de octavo básico debían ir a estudiar a Antofagasta. Fue así como entre la comunidad estudiantil local se fue haciendo una necesidad contar con un liceo. Tal inquietud recibió eco en una gran mejillonina, la directora de la Escuela 21 de Mejillones, Julia Herrera Varas, quien se comprometió abiertamente con esta idea. Hizo la gestión con la Directora del Liceo de Niñas de Antofagasta, Rebeca Osega Saénz a fin que ese establecimiento autorizara el funcionamiento de cursos en Mejillones, bajo su tutela. Puso a disposición salas e incluso matriculó a su hijo, Reinaldo Rojas Herrera, en ese primer año medio. Entre esos alumnos pioneros estuvo Eliecer Gallo y varios otros mejilloninos.

El año 1974 ingresé yo. Era un primero medio con más de cuarenta alumnos. También funcionó el segundo año medio. La señora Julia nos hacía francés, siendo reemplazada posteriormente por una jovencita que llegó escribiendo su nombre en el pizarrón: Leontina Bolados. Biología era impartida por un profesor de baja estatura, Pedro Pérez, quien con evidentes dotes histriónicos nos hablaba de “Roberto Hoooooooook....”, mientras su mano derecha describía un arco desde su pecho al cielo... y en alguna ocasión, en esos inolvidables cuatro años, nos cantó un par de tangos. Matemática era dictada por Daniel Valderrama, quien además de enseñarnos nos contagiaba ese amor por los números con anécdotas que jamás olvidaré.

Recuerdo con mucho afecto a un profesor que después se convertiría en mi amigo y compañero de desafíos, Patricio Tapia Fredes, quien además de enseñar castellano se dio el lujo de fundar el grupo literario Génesis Poético y la Biblioteca “Andrés Sabella”... y de paso traernos al mismo vate cuyo nombre honraba para su fundación.

En historia tuvimos el valioso aporte de Luis Morales, quien ha obtenido alta figuración en Antofagasta. También estuvo Mario Pérez Salinas, quien tras su viaje al sur fue reemplazado por otro “histórico”, Enrique Rodríguez. Todos ellos me legaron ese amor por las ciencias sociales que aún permanece. A Patricio lo reemplazó otra jovencita de ese entonces: Esmeralda Marín.

Que me perdonen todos aquellos profesores a quienes injustamente he omitido, pero haré mención a tres: primero: Julio Valdivia, quien fue el primero que gestionó directamente el funcionamiento de los cursos anexos del Liceo de Niñas en Mejillones, Víctor Yañez, que colaboró directamente con el “rector”, otro recordado profesor con mil anecdótas. Este es nada más y nada menos que mi homónimo Wilfredo González, quien por su cabello rubio no tardo en recibir el mote de “canario”.

Entre todos ellos, la figura de Hugo Ramírez se fue afianzando. Con su trato gentil, su poca vocación a inmiscuirse en los inevitables dimes y diretes que surgían y su profesionalismo a toda prueba, fue convirtiéndose en el maestro más adecuado para guiar ese proceso de dotar a Mejillones de un liceo. El curso que había partido el año 1973 tuvo un brusco final el 74. No hubo cantidad suficiente de alumnos para que el Liceo de Niñas autorizara un tercero medio el año 1975. Así que nosotros nos convertimos en el primer tercer año medio el año 1976.

Funcionábamos en la Escuela 21, en salas prestadas, y en algunas ocasiones, en bancos para niños pequeños, que eran más bajos que nuestras rodillas. No teníamos nada. A costa de algunas actividades, a expensas del profe Pérez., compramos algunos elementos de química. No había ni siquiera donde guardarlos, ya que carecíamos hasta de estantes.

Así llegamos a cuarto medio. La primera generación que salió del actual Liceo de Mejillones se graduó el año 1977, en el Cine Alianza. Estuvo compuesta por sólo doce alumnos:

GENERACION 1977

Miguel Avalos Chacana

Ana Baltra García

José Baltra Cerda

Ernesto Cepeda Morgado

Adán Gómez Tapia

José González Campos

Daniel Núñez Guerrero

Patricio Rivera Gamboa

Raquel Rojas Rojas

Wilfredo Santoro Cerda

Manuel Sotomayor Cárdenas

Nelly Sotomayor Cárdenas

El año 1977 el Liceo de Mejillones, o cursos anexos del Liceo de Niñas en Mejillones, contaba con 5 cursos: dos primeros y los restantes, segundo, tercero y cuarto.

En tercero estaba Iván Cortés Martínez, mi hermana Ofelia, Andrea Canelo Romero, Oscar Quezada, Hugo Gómez y otros.. en segundo, Edison Esquivel, Víctor Cartes y otros... y en primero, ya casi no recuerdo, porque eran tan chicos... jajajaja (recuerdo a la Germania Naranjo, al Milton Morales... y... no sé)

Cuando nos licenciamos tuvimos hartas satisfacciones. La primera: por primera vez se graduaba un cuarto medio mejillonino que no fuese nocturno. La segunda: cuatro de nosotros fuimos aceptados por una universidad, es decir, el 33,3 por ciento de los alumnos había quedado en la U. La tercera: la fiesta posterior a la ceremonia se realizó en un block remozado, entre el sindicato y el Teatro Alianza, que sería el primer establecimiento formal del Liceo de Mejillones, y por último, que habíamos cumplido la última condición establecida por la Seremi de Educación (Sra. Terspsitea Chilovitis): contar con 4 cursos, para que el año siguiente: 1978, los cursos anexos de Mejillones se convirtieran en un liceo y su profesor encargado, Hugo Ramírez, en su director formal.

En lo personal, yo también tuve una satisfacción, la presencia de la mismísima directora del Liceo de Niñas, Rebeca Osega, para entregarme el premio por haber obtenido uno de los puntajes más altos de la PAA en Antofagasta, en la educación pública, según ella misma dijo en su discurso. La maestra elogió que la primera generación de Mejillones haya obtenido tan buenos resultados.

Bueno. Eso es algo de la historia de la creación de ese Liceo de Mejillones. Ese tremendo paso de la comuna de Mejillones que vino de la mano y del trabajo de uno de sus hijos, Hugo Ramírez Jofré. Es por eso que cuando supe que Hugo Ramírez jamás había entrado al Complejo, sentí que Mejillones no sabe valorar a sus hijos. No obstante, esta declaración de Hijo Ilustre ha remediado en parte esa terrible postergación.

Felicitaciones maestro