Diario Electrónico de Mejillones

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Cultura

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Allá perteneces Michael Jackson

Wilfredo Santoro Cerda

Han pasado tres días y aún estoy escuchando temas de Michael Jackson, penando con música un duelo que no debiera ser mío, porque Michael no era mí ídolo. Tenía por allí un par de canciones de él, entre centenares de temas. Revuelto en medio de Serrat, Violeta Parra y Víctor Jara. Entre Jean Michel Jarré y Edith Piaf.

Ahora, aunque no era MI ídolo, indiscutiblemente era un ídolo. Un artista que marcó mi época, porque ¿saben? yo me crié oyendo a Michael Jackson. Era dos años mayor que yo y él empezó a cantar a los doce años, así que ya en mi niñez -en infantiles cumpleaños en que las niñas aparecían con cintillo y las más populares con discos de acetato entre sus contribuciones a la fiesta- me comencé a familiarizar con “Ben”, “María”, y otros precoces éxitos.

Bueno…. posteriormente y en general, uno no pudo habitar las décadas finales del siglo 20 y ser inmune a Michael Jackson. Uno podía ser izquierdista, podía renegar contra el imperialismo estadounidense, podía criticar su sociedad consumista, su Coca-Cola… pero desde el corazón del imperio, desde el centro del consumismo… aparecía Michael Jackson bailando con su frenético y rabioso sentido de la música, con sus pasos hacia atrás, con la magia que era capaz de desplegar con sus movimientos impensados, rápidos.

Michael fue un ícono y por eso –naturalmente- siempre estuvo extraoficialmente marginado de la cultura de izquierda. Recuerdo perfectamente –me parece que a principios de los 80- cuando comenzó con sus operaciones para cambiarse el color de piel. Dijeron que había sufrido un accidente con rayos láser (los rayos láser eran la novedad de los shows en esos momentos). Nunca olvidé el reporte que en su momento dio la Radio Moscú en su programa “Escucha Chile”: “el negrito Michael Jackson se está haciendo una operación a la piel para parecerse a sus amos blancos”. En aquella ocasión me dio risa… ahora no.

Fue penca tu vida Michael. A pesar que eras el rey. Legítimamente el rey. Te lo ganaste a costa de magia y a hacer… a inventar… algo que nadie pudo ni podrá recrear. Tu mismo denunciaste maltrato en tu infancia. Y después ya hombre… cuando eras un ídolo… todo te costaba caro… por Dios… todo lo que iba para ti valía mínimo un millón de dólares. Recuerdo que aquí –hace unos años- hizo noticia una llama que te habían vendido para tu zoológico. ¿Se habrá vendido alguna vez una llama a un décimo de ese precio?

Es verdad que yo en esta sociedad no he tenido ningún éxito. No he ganado plata y mi orgullo es haber subsistido de una forma sencilla y honorable (demasiado honorablemente y demasiado sencillamente de acuerdo al sector crítico de mi familia). Pero ¿sabes? todo me ha llegado a un precio razonable (y lo esencial… gracias a Dios… me ha llegado gratis… como el amor). La gente que me rodea, mis amigos, me prefieren no por la plata que tengo (o más bien dicho no tengo) sino por el mundo que soy capaz de construir.

Tu construiste mundos un millón de veces más atractivos, Michael… pero te comió la plata. Te operaron sin que estuvieses enfermo, para cambiarte la piel… cuando eras demasiado joven. Tenías mucha plata y existía una legión de médicos que lo único que querían era varios millones de dólares. Y para eso estabas tú ¿importaba que fueras conejillo de indias? ¿importaba que cuando cantabas y bailabas el mundo se detenía? no. Eso no importaba. Lo único que importaba era el éxito. Echarse al bolsillo esos millones de dólares, no importa sin con eso arriesgaban –y al fin cobraban- tu vida.

Fue cruel lo que hicieron contigo Michael. Durante los último años te andabas cayendo a pedazos. Que se te desprendía la nariz, que tus ojos no se podían mirar… andabas con el rostro cubierto y aparentemente, apenas respirabas. Te hicieron chilpe Michael.

Mucha gente se refugió en que eras un pedófilo, lo que es probable, no lo niego… y tampoco lo apruebo. Naturalmente lo condeno. Pero déjenme decir dos cosas: la primera: casi todos los genios artísticos son una m…… como personas: los hay pedófilos, asesinos, sicópatas, drogadictos, alcohólicos, enfermos mentales. Y en general, casi todos son arrogantes, ególatras y divos, pero que le vamos a hacer. Sólo nos queda una cosa: separar al artista del hombre, porque cuando el hombre crea, deja de ser hombre… pasa a ser un poquito Dios.

Segunda cosa: he llegado a dudar honestamente que Michael haya sido pedófilo. ¿Qué pasa si realmente quería a los niños? ¿Acaso no puede un hombre simplemente querer a los niños? No olvidemos que fue Michael quien promovió esa cruzada mundial por los niños pobres, cuyo máximo referente fue ese tema en que cantaban varias celebridades.

Bajo la misma línea que planteaba anteriormente, en una sociedad en que lo único que interesa es el dinero ¿Qué podría ser más rentable que demandar a Michael? Para un staff de abogados ambiciosos, debiera haber sido incluso una tarea inevitable “vaya y entreviste a los niños que han estado en la casa de Jackson… tenemos varios millones allí”

Consultarles a esos niños con respecto a unas pocas cosas que podrían no ser dolosas, pero que se pueden interpretar como delito, los facultaba para tentar a la familia con varios millones de dólares e iniciar la acción. Así que con respecto a Michael, separo al hombre del artista e incluso, le otorgo el beneficio de la duda… con tanto inescrupuloso detrás de él en busca del vil del dinero.

Me dolió tu muerte Michael… procesado, despreciado, enfermo…si tu único pecado fue cantar y bailar lindo. Le entregaste felicidad a un mundo en que eso ya no se valora. Y para colmo naciste –como dije- en el centro del imperio. En la capital de las oportunidades y el éxito. Donde lo único que vale es el dinero… el frío dinero.

¿Por qué no naciste en Brasil donde los negros se sienten orgullosos de ser negros y la música aún sirve sólo para hacer latir más fuerte el corazón? ¿Por qué no naciste en un país subdesarrollado? Somos pobres, Michael, pero tu estarías vivo.

Es por eso que hoy me he sentado a brindar con palabras en tu despedida Michael. Contigo el mundo se nos apagó un poco. Se nos puso más fome y más triste. Te estas llevando la magia. De todas formas ve con Dios. Allá perteneces.