Diario Electrónico de Mejillones

Fundado el 2 de noviembre del 2001

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Cultura

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Para Gendarmería todos son reos

Wilfredo Santoro Cerda

El 12 de enero del 2009 acudí a la cárcel masculina de Antofagasta solicitando una corta entrevista con un interno. Me atendió una funcionaria a quien le mostré mi acreditación como integrante de la Sociedad de Escritores de Chile y recortes de prensa que daban cuenta de lo que estaba haciendo: un libro acerca de los escritores e historia de Mejillones. El interno a entrevistar es precisamente uno de los escritores de mayor relevancia de la mencionada comuna.

IRRELEVANTE

La funcionaria -que no se identificó- me señaló que no era posible conversar con el interno. Solicité exponer la situación al alcaide de la unidad, ante lo que se me señaló que el motivo por el cual yo quería hablar con él era irrelevante y que bastaba el criterio de ella para resolver el problema. Ya molesto le consulté el nombre del alcaide, que ella se negó a dar. Ante eso estampé ante ella misma un reclamo, que lleva la fecha 12/01/10 y el folio 045506.

Sintiéndome pésimamente tratado me dirigí a la Dirección Regional de Gendarmería de Antofagasta, según www.gendarmería.cl a cargo del Inspector Eduardo Fuentes Paredes. Allí me atendió el funcionario René Ramírez, quien –para mí sorpresa- reconoció en mí un antiguo reportero policial de diarios regionales, lo que por años me había ligado a Gendarmería cubriendo sus informaciones. Amablemente me expresó que él intercedería recordando esa circunstancia que por años me había mantenido cerca de la institución. Posteriormente, telefónicamente me señaló que el alcaide de la cárcel masculina apoyaba incondicionalmente a su funcionaria y no había posibilidad de entrevista. Que la única posibilidad de acceder al escritor era mediante la visita común, que considera el fichaje y la revisión de las personas. Como justificación me señaló que actualmente se está privilegiando la seguridad de los penales por sobre todas las cosas.

Con respecto a la situación descrita debo hacer dos consideraciones importantes: 1.- Para Gendarmería el tema de la reinserción es irrelevante y 2.- El trato que ellos brindan a quienes visitan la cárcel es vejatorio e incluso –a mi criterio- ilegal.

1.- Reinserción irrelevante: Si los temas que se podrían clasificar como de reinserción quedan sujetos al criterio de una funcionaria. Si ella está instruida que tales temas son irrelevantes. Si se les señala que quien está interno es un escritor. Que quien quiere hablar cinco minutos es un integrante de la SECH, que realiza una investigación que concluirá en un libro. Si todo eso está debidamente acreditado, si además esa persona ha sido un reportero que ha cubierto precisamente la labor institucional de Gendarmería. Si todo eso –como dijo textualmente la funcionaria- a ellos “no les importa”. Si –además- el alcaide apoya inconcionalmente a esa funcionaria y después la Dirección Regional le reafirma el apoyo. Si ni siquiera hay respuesta para el reclamo, yo sencillamente puedo asumir que Gendarmería definitivamente renunció al trabajo de reinserción social. Lo hago con tristeza, porque por muchos años yo fui un portavoz de ese afán de vincular a los presos y a su organismo manejador (Gendarmería) con la sociedad. A ser severos, pero justos... y por último, a dar la posibilidad de escuchar. No es posible que una sola funcionaria –por muchas virtudes que ostente- pueda establecer toda la política de la Dirección Regional de Gendarmería de Antofagasta.

2.- Enrolamiento ilegal: En la cárcel masculina de Antofagasta –seguramente en todo el país- se está aplicando un sistema definido como “enrolamiento”. Este procedimiento es un verdadero “fichaje” y afecta a quienes visitan el centro de reclusión. El “fichaje” de por sí es un procedimiento vejatorio e innecesario. Digo esto porque hay procedimiento vejatorios, pero necesarios. La revisión, por ejemplo. Es vejatoria, pero hay que reconocer que es la única fórmula de la que dispone Gendarmería para mantener bajo control la tarea impuesta por la sociedad. Ahora bien: quien quiera visitar una persona en la cárcel, será interrogado, fotografiado de frente, perfil, tomada sus huellas dactilares... y esa ficha guardada en un lugar. Todo eso porque la organización asume que quienes visitan a los presos... también son delincuentes... y Gendarmería apelará a esas fichas para objetivos que seguramente... irán contra los intereses del ciudadano que realiza una visita.

Yo recuerdo que una de las aristas del caso Pinochet fue que sus abogados defendieron a muerte el derecho del militar de no ser fichado. Es decir: en este país una persona que aparece como responsable de miles de muerte, siendo procesado tanto en Chile como en el extranjero, no puede ser fichado, porque tiene derechos... en cambio la pobre madre de un joven descarriado, que puede ser un ejemplo de mujer, es fotografiada, le toman huellas dactilares, le confeccionan ficha y posteriormente la revisan hasta debajo de los calzones. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? bueno.... la eventual señora jamás ha cometido un delito... pero es pobre: debe ser fichada. El general... seguramente cometió delitos... pero no es pobre... no puede ser fichado. Ese es el problema del procedimiento de fichaje de Gendarmería... es terriblemente vejatorio. Hace sentir a quienes visitan la cárcel como delincuentes. Ahuyenta a las personas normales de los centros penitenciarios. Castiga con más fuerza a quienes están dentro, que quedan solitarios y con menos posibilidad de una nueva vida... limpia.

MAL TRATO

Gendarmería es una organización necesaria. Siempre será impopular para los presos... pero no tiene por qué serlo para los ciudadanos comunes. En mi primera conversación con la funcionaria que describo, ella me señaló “esto es una cárcel”. “Lo sé –respondí- pero yo no soy un preso. Soy un ciudadano y tengo derechos”. En la última vez, esta misma funcionaria (ya abiertamente presionada por mí, que reconozco soy “catete” cuando algo me parece mal) trató de hacerle una consulta a otra persona, una señora que vestía de civil y que aparentemente era una profesional-. Tal persona ni siquiera la miró. Sorprendido di un paso tras ella para llamarla.. -“señora”- y ella siguió inmutable. ¡Qué falta de respeto por Dios! Que desprecio hacia su compañera de trabajo, hacia el público ¿todos serán así? Porque cuando yo era reportero... todos eran simpáticos. Los alcaides –que conocí a varios- estaban imbuidos de una misión que ellos consideraban fundamental: hacer que los “antisociales” volvieran a ser “sociales”, a ser personas confiables, queribles. Ahora no. Todo eso cambió. Gendarmería tiene una sola lucha: la seguridad. Al diablo la reinserción, la imagen corporativa que proyectan hacia la comunidad. No les importa, como sabiamente lo dijo la funcionaria.

Para ellos todos son reos.