Diario Electrónico de Mejillones

Fundado el 2 de noviembre del 2001

Las verdades que no se dicen...

Cultura

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Creación literaria: cuando el desprecio se institucionaliza

Wilfredo Santoro Cerda

Una de las características más curiosas del sistema neoliberal es que transforma a las personas más increíbles en meros mercanchifles. Basurea a gremios que tuvieron un pasado digno. Vemos al presidente del colegio de periodistas tratando de hacernos creer que la publicidad al nuevo programa de su canal es noticia y a los médicos diagnosticando operar si atienden en una clínica privada o mandando a la casa si es un hospital público. Y todo por el vil dinero.

 La causa es muy sencilla. En una sociedad libremercadista el éxito se mide por el dinero que cualquier trabajo es capaz de rendir. No en el impacto social que éste podría provocar ni menos en su valor ético. Un ejemplo clásico son los opinólogos de la televisión o los paparazzis. Saben que su forma de ganarse la vida es abiertamente inmoral, pero ..que importa!!!  lo único que vale es el dinero, al diablo los principios …no se comen.

 A la inversa, aquellas actividades que tienen objetivos de bien común, pero que no son rentables, sencillamente mueren. El sistema neoliberal los clausura porque no les sirve. Al  libremercadismo no le interesa que le gente piense. Le interesa crear una sociedad de perfectos robots, en que todos quieran lo mismo, compren lo mismo y tengan los mismos hábitos. Que ojalá hablen inglés, vayan al McDonald y se preocupen únicamente de la farándula. Al extremo que todos los canales de televisión del país son farándula, incluido el gubernamental y el ligado a la iglesia católica.

 Uno de los principales damnificados en este país es el arte, específicamente la creación. A tal grado que los escritores profesionales son una rareza. En Antofagasta existe uno solo: Hernán Rivera Letelier. Nadie más en esta región vive del dinero que le genera su producción literaria.

 EL FONDO DEL LIBRO FRACASÓ

 Para solucionar este problema el Gobierno creó Fondart y el Fondo del Libro, pero esos fondos definitivamente fracasaron. Están destinados solamente a la gente más servil de la Concertación. En todas las regiones los nombres se repiten y no lo ganan los creadores, sino burócratas cesantes que se manejan bien en la confección de proyectos o funcionarios del mismo Gobierno que los utilizan encubiertamente como sobresueldos.  

  Tengo acá en mi poder una carta abierta del destacado poeta Arturo Volantines, fechada 7 de junio del 2007 en La Serena, que dice “Se ha reclamado mucho porque se destina el 60% de los fondos a provincia. NO es tan así, porque en el norte, en profesionales, sólo ganó Luis Aguilera González, presidente de la SECH. Región de Coquimbo, que no es propiamente creador, y esto no representa el 60%. Nadie ganó en la Región de Antofagasta y Atacama. Es necesario conocer su puntaje y de los otros pre-seleccionados. Aún peor, en el caso de los escritores emergentes solamente ganó uno en las cuatro regiones del Norte”.

 En otras palabras, el diagnóstico no es mío, es generalizado. Los Fondos del Libro fracasaron porque no están diseñados para que lleguen a los creadores sino a profesionales o críticos que se han especializado en vivir de estos fondos estatales. En la Segunda Región, en todos los años que llevan implementados, los escritores mejilloninos jamás han recibido el más mínimo peso de estos fondos a pesar de 30 años de trayectoria institucional, más de doce libros publicados y de pertenecer a la Sech.

 MEJILLONES: LA HISTORIA DEL MENOSCABO

 La situación en Mejillones con respecto a los escritores locales ha sido de tal menoscabo que durante el año pasado se obtuvieron del municipio 200 mil pesos para la publicación de 8 escritores locales. Una cantidad que previamente había sido rebajada por el Concejo Municipal, porque “400 mil pesos es mucho”. De no haber sido por la intervención del alcalde Marcelino Carvajal, probablemente habríamos quedado en cero. Recuerdo que una concejal en aquella ocasión nos recomendó “hacer algunas actividades como hot-dogs

 Bien. Con mucho trabajo con esos 200 mil pesos diseñamos el proyecto “Mejillones en 8 libros” y gracias a nuestra capacidad, sacamos los 8 libros. Poquísimos ejemplares porque lo cierto es que 200 mil pesos no alcanza ni para un libro. Hicimos un acto terriblemente formal en el Centro Cultural, para allí donar una colección a la Biblioteca Municipal. Su directora Irelba Pizarro no fue y tampoco mandó representante. Tuvimos que entregar los libros al consejero regional de Cultura, Raúl Mavrakis, para que él los hiciera llegar formalmente a la biblioteca, lo que hizo. 

BIBLIOTECA SIN ESCRITORES 

Cumplimos con todos los procedimientos. Elaboración de un proyecto, cotizaciones, facturas y cierre, con notas de prensa incluidas. Total, se trataba de dinero fiscal, susceptible de ser fiscalizado. De hecho, constituimos una comisión para hacer un seguimiento del proyecto y comprobar que efectivamente en la Biblioteca Municipal había libros de escritores mejilloninos. En marzo de este año nos hicimos presentes y …oh!! ..sorpresa!!! los libros no estaban  a disposición del público.

 Nos armamos de paciencia y le dimos tiempo adicional. Cuatro meses después de la entrega consideramos que ya podrían haber sido integrados y de nuevo llegamos a la Biblioteca. Esta vez Irelba Pizarro nos dijo que parece que los había regalado a unas visitas argentinas. 

LIBROS PARA REGALAR

 Para mí resultó sorprendente que a nosotros se nos exigiera tanto documento por los 200 mil pesos y ellos en cambio, llegaran y regalaran el fruto de ese proyecto. Incluso me pregunté cuán frecuente sería eso, que libros que llegan financiados con fondos fiscales a la Biblioteca Municipal de Mejillones sean regalado a particulares. 

Vino otra reunión de “Azotacalles”, la entidad que reúne a los escritores mejilloninos, y ahora fue comisionada una dama para inquirir por los libros. Su respuesta fue que los libros de los autores locales no podían se ingresados  a la base de datos de la Biblioteca porque no tenía ISBN (registro internacional).

 Ahora fui yo quien me hice presente en la Biblioteca Municipal. Ya habían transcurrido seis meses desde la entrega formal de los libros de autores locales y aún no podían ser expuestos en el recinto. Ni siquiera sabíamos si estaban, porque en el caso de “Hagamos una selva”, jamás siquiera pudieron mostrarlo. 

“HAY 10 MIL ANTES QUE USTEDES” 

Allí Irelba Pizarro me manifestó que el problema no era el ISBN, sino que tenían una instrucción terminante de la Dirección Nacional de Bibliotecas de procesar primero los libros de Diban (Dirección de Bibliotecas y Archivo Nacional) que en el caso de Mejillones eran 10.000 y después los escritores locales. Detalló que para eso disponían de un plazo de 4 años.

 ¿Es decir que los escritores mejilloninos deben esperar 4 años para que sus libros sean integrados a la Biblioteca Municipal de su comuna? pregunté. Porque mientras no estén rotulados tampoco pasan a la sala de exhibición.  “No –me dijo Irelba Pizarro- nosotros estamos haciendo esfuerzos por demorarnos menos, incluso tres años” 

Bueno. Al salir me habían robado la bicicleta, lo que indica lo poco seguro y amigable que es ese edificio que debiera ser acogedor para los escritores locales. Desistí de hacer la denuncia, porque nunca he sabido que Carabineros de Mejillones recupere algo. Acá la delincuencia  predomina y a la gente honesta sólo nos queda resignarnos. No es nuestro tiempo.

 EDIFICIOS FISCALES PARA RESIDENCIA 

Bien. Algunas consideraciones respecto a la Biblioteca Municipal. Hicimos todo lo posible por instaurar un día de la literatura en una de sus salas. Reiteradamente tuvimos que hacerlo en la plaza pública, porque siempre había un problema. Que estaban haciendo aseo, que la señora Irelba no dejó la orden, que se quedó la llave, que el guardia no estaba instruido, etc. En una de nuestras enésimas reuniones de escritores en la plaza decidimos que por un tema de dignidad ya no podíamos seguir considerando la Biblioteca y comenzamos a reunirnos en casas.

 Los escritores de Mejillones, a pesar de una trayectoria de 30 años, jamás hemos tenido una sede. En esta comuna existen espacios público, pero esos no están disponibles para la cultura ni para ningún otro fin social. Un caso dramático es el antiguo edificio del Juzgado, ubicado en calle Latorre, frente a la locomotora. Está bajo la tuición de Bienes Nacionales y por más de una década ese edificio no ha tenido otro objeto que servir de residencia a la familia de la bibliotecaria Irelba Pizarro. Las autoridades de la Concertación defienden a toda costa darle un uso social a ese recinto en pos del lucro de una de sus integrantes.

 CORE FINANCIA TESIS

 Por último, así como el municipio le brindó un financiamiento de 200 mil pesos a 8 escritores mejilloninos que trabajan desde 1976 en la cultura local, no tuvo ningún empacho en patrocinar la tesis universitaria de Manuel Zamora, a objeto que el Core le financiara una edición de lujo. Zamora es un joven sociólogo, hijo de Irelba Pizarro.

 Bien. De esta forma pretendo demostrar lo siguiente. A lo menos en Mejillones los escritores no tienen acceso a recursos e infraestructura que podría potenciar su trabajo. Dichos elementos están disponibles para personas que técnicamente no tienen ninguna relación con la creación literaria ni con Mejillones, pero si se han especializado en elaborar proyectos y tienen una actitud sumisa ante la autoridad política. 

Mientras esa actitud predomine, mientras Chile privilegie y pague la mediocridad, estamos condenados a vivir en un país sin ideas.